Échale caliche al chancho

Por cosas de la vida -o mejor dicho, cosas de mi padre- la semana pasada, pasé varios días en el hospital Sabogal, el que está en el Callao. Bueno, como mi padre estuvo en Emergencia y luego unos días en Hospitalización, frecuenté esa área del hospital cerca de una semana. Obviamente, no podía estar más asustada por la gripe porcina y me armé de alcohol, mascarilla 3M N95 8210, que dicen es la única que sirve para proteger contra la "gripe maldita", como la llaman algunos diarios, y trataba de respirar lo menos posible, corriendo de todo aquel que estornudaba o tosía. Además, llegaba a mi casa directamente a ducharme, desinfectarme y lavar todo lo que había usado en el día.

Lo que me llamó la atención y, por lo que escribo este artículo, es que el personal que labora en el hospital, enfermeros, tecnicos, vigilantes, encargados de limpieza, e incluso médicos, no utilizan las mascarillas adecuadas. Es decir, casi todos usaban las mascarillas simples, de las que solamente se atan en la cabeza, inclusive el personal que laboraba en la zona que mostraba el letrero "Area Restringida H1N1" o "Triaje H1N1", no utilizaban mascarillas con mejor protección. Sólo vi algunos trabajadores que tenian mascarillas mas gruesas, u otros que utilizaban una gruesa sobre una de las simples, pero eran muy pocos, por lo que sospeché que debían haberselas comprado ellos mismos. Entonces, ahí me pregunté ¿dónde está el Ministerio de Salud? ¿Porqué no regulan esto? Es que no solamente se trata de evitar que los trabajadores del hospital se contagien sino que tambien se trata de evitar que contagien a otras personas, a otros pacientes. Por que los técnicos, enfermeros y médicos están en permanente contacto con los demás pacientes, muchos de ellos con las defensas bajas, ancianos o niños, población en riesgo, que pueden facilmente adquirir la influenza.

Entonces, para qué adelantamos y alargamos vacaciones sino vamos a empezar con los cuidados en casa, es decir, en los hospitales.

Mientras esperaba en la puerta de emergencia salieron dos médicos jóvenes, uno de ellos usaba una mascarilla; de pronto escuché que el que no utilizaba mascarilla le decía al otro "entonces, ahora tienes que tomar tu Tamiflu, nada más". Yo salí despavorida de ahí, alejándome lo más que podía, entendí que ese médico debía tener "la porcina" pero lo peor, seguía atendiendo pacientes.